JUDAS ARRIETA – Jugar

En Eskualde queríamos hacer un post sobre la importancia del juego en el desarrollo de nuestro trabajo. Para ello hemos creído que no había mejor persona que el artista Hondarribitarra Judas Arrieta. Y es que divertirse es la única manera de darlo todo para productores independientes, profesionales o artistas.

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ESKUALDE NOTICIAS- Consumo local con Luraki App.

Consumo cercano de productos agrícolas con Luraki.

En Eskualde no conocíamos el proyecto Luraki hasta que hablamos por primera vez con el Hondarribitarra Iñigo Busto, uno de sus socios fundadores. La sintonía desde Eskualde con su proyecto ha sido como un flechazo.  La filosofía de apoyar al consumo local de productos agrícolas a través de las nuevas tecnologías  de aplicación móvil, nos ha encantado. Por novedosa, justa y, por que no decirlo, por que es de Hondarribia.

 

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Lecciones de un saltador de Ski para emprendedores y productores independientes de Eskualde

Nuevo año en Eskualde

El comienzo del año nuevo en Eskualde no ha sido muy distinto del de años anteriores. Me imagino que por lo general casi todos hemos amanecido de la misma manera, con una resaca de esas que te duelen hasta los ojos.

En Eskualde tampoco hemos estado como para iniciar demasiados buenos propósitos de año nuevo, teniendo en cuenta que además nos esperaba una maratoniana comida familiar por delante. Sin siesta. Sin sofá.

Ante este aterrador panorama en Eskualde intentamos mitigar un poco todo este cúmulo de dolores ante la narcotizante emisión de los saltos de esquí. No hay un mejor analgésico que verlos volar uno tras otro. Las resacas de año nuevo con saltos de ski se pasan mejor.

Viéndolos volar uno no puede dejar de pensar en los saltadores en cuestión. En ese que todavía no se ha puesto los skis, pero que hay está, en la lanzadera esperando su turno.

El salto es algo complemente mecánico para ellos. Seguramente habrán interiorizado de tal manera toda la secuencia del movimiento que quizá ya no sientan ni siquiera ese cosquilleo en el estomago; esa adrenalina que los empujó a querer ser lo que son: saltadores profesionales de Ski.
Seguramente la competición exija dejar las emociones del amateur de lado. Olvidarse de la agradable sensación de volar, para pelear por esos milímetros que le van a hacer ganar. La competición, para que negarlo, tiene también sus propios cosquilleos.

Trabajadores independientes eskualde
Emprendedores eskualde

Me imagino a todos esos chavales, aspirantes a saltadores profesionales de ski, el día que se enfrentan a saltar por la rampa grande, la de los profesionales, en una especie de rito de iniciación. Solo aquel que este dispuesto a romperse un par de costillas o a dejarse algún que otro diente por el camino es merecedor de seguir siendo un digno aspirante.

Y es que son esos cosquilleos los que debemos salvaguardar por encima de todo. Los cosquilleos propios de haber identificado un reto que merezca la pena. Que nos excite y que nos de miedo a partes iguales, y que nos obligue a cerrar los ojos, apretar los dientes, y a lanzarnos. Sin mucho más misterio.

Quizá la mejor parte de nuestros temores sea descubrirlos, identificarlos y ponerlos en fila, uno a uno, dándonos cuenta de que las cosas que nos dan miedo son siempre deseos ocultos, que se agazapan allí donde no queremos mirar.

Asumir el peor de los escenarios posible como un riesgo que estas dispuesto a asumir es el primer paso para lanzarse y empezar a volar. Y es que,como decía el profesor y poeta chileno, Gonzalo Rojas; casi todo es otra cosa y nada es para tanto.

Poner un inicio a tu proyecto en Eskualde

Hay siempre un momento en el que los propósitos, las buenas ideas, requieren dejar de lado todos esos pensamientos previos que hemos ido recolectando y coger carrerilla. Lanzarse al vacío; allí donde no tocamos suelo con la punta de nuestros pies. O como dicen algunos; superar el punto de no retorno y volar, aún a riesgo de caer con el peso de todo tu cuerpo.

Las ideas y los propósitos son muy valiosos. Todo el mundo tenemos en casa cuadernos llenos con cientos de grandes ideas. Normalmente encima, cuando estamos a punto de poner en marcha una; llega una mejor, una nueva idea que nos ilusiona más que la anterior. Y así sucesivamente. Disfrazamos de nuevas buenas ideas lo que en realidad sólo es una excusa para postergar ese momento que nos tiene aterrados, el momento de lanzarnos por esa gran rampa; la grande, la de los saltadores profesionales.

La única pregunta que merece la pena hacerse es; ¿cuántas costillas estoy dispuesto a partirme? Todo lo demás nos sobra, por lo menos, de momento.

(un secreto; las costillas rotas se curan solas)

Nos gusta decir que las ideas son algo de mucho valor. Y es verdad. Aunque hay algo que tiene aún mucho más valor: El valor necesario para iniciarlas.

Llegará el día en que las empresas además de técnicos, gestores, diseñadores y creativos tengan también la figura del iniciador. Un cargo sobre el que recaerá la responsabilidad de iniciar proyectos, cambios y de mantener la cabeza de los demás trabajadores centrada en la innovación.

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Eskualde. Productores vascos, nunca ha habido un momento mejor.

Momento oportuno para emprendedores vascos

A veces tienes suerte y te encuentras en el lugar adecuado en el momento adecuado. Pero, si eso sucede y no te das cuenta, esa oportunidad puede que simplemente pasé ante tus ojos.

Quizá sea ahí donde nos encontramos ahora. En el lugar adecuado. Y tal vez no no estemos dando cuenta.

Es un momento fatal para creer en la industria. Un momento fatal para desear una demanda fiable y predecible. Es un momento fatal para esperar obtener unos beneficios poco razonables fabricando cosas corrientes para personas corrientes. Un momento fatal para ser un directivo intermedio bien remunerado que hace lo que le dicen a cambio de un puesto seguro.

Por otro lado, nunca ha habido un mejor momento para tener algo que decir, para adoptar cambios y para ver el mundo con otros ojos. Nunca ha habido un mejor momento para crear conexiones. Y, sobre todo, nunca ha habido un mejor momento para crear cosas extraordinarias.

La mediocridad ya no está permitida

Cualquiera podía hasta hace unos años permitirse el lujo de hacer simplemente lo que se esperaba de él. Un oficinista, un ejecutivo o un trabajador de una gran cadena de trabajo, iba resolviendo su vida sin más problema que el cumplir con su trabajo y agachar las orejas.

De hecho, las escuelas donde nos educaron están basadas en lo que llaman el sistema prusiano. Este sistema fue instaurado por el Rey de Prusia en el siglo XVIII, que estableció la educación primaria gratuita y obligatoria, entre otras cosas con el propósito de crear una clase trabajadora dócil, respetuosa de la autoridad y cuyos integrantes se acostumbraran desde muy niños a cumplir horarios.

La educación que hemos tenido ha sido diseñada para nutrir a las grandes corporaciones del mercado laboral de todo un batallón de oficinistas y currelas dispuestos a obedecer.

Para ello nos han grabado a fuego que arriesgarse es para los temerarios, para los cabezalocas que no tienen nada que perder. Creemos que el fracaso es algo indigno, que estigmatiza de por vida a todo aquel que lo sufre, y que es algo que se debe evitar a toda costa.

Vivir evitando el fracaso

Queremos trabajar para la empresa más grande de nuestro pueblo. Para una que nos proteja bien y se ocupe de lo nuestro. Cuantas menos dosis de incertidumbre tengamos que digerir a final de mes, mejor.

Luego llega un día en que la empresa quiebra. Yo caigo con ella, pero incluso en ese día habremos evitado la responsabilidad de asumir un fracaso. Ser una victima parece ser más cómodo que intentar algo y fracasar. Y es que no sabemos fracasar; nadie nos ha enseñado a eso.

Siempre hemos asociado el sacrificio y la disciplina; la obediencia y la monotonía como propias del mundo laboral.

La creatividad, la innovación, el asumir riesgos; no parece que sean virtudes dentro de una empresa. sino más bien lo contrario. Sabemos que son las empresas que se resisten a cambiar las que se quedan atrás, sin embargo seguimos desconfiando de todo aquel que prueba cosas nuevas.

Divertirnos haciendo nuestro trabajo es más que nunca algo de primera necesidad. Nuestras empresas del futuro no serán gigantes de pies de plomo, incapaces de innovar y adaptarse a las personas. Las nuevas marcas deben inundar el mercado de cosas fascinantes, extraordinarias, que aporten un valor para el que no exista ningún sucedáneo. De lo contrario están abocadas a la extinción.

eskualde
Eskualde productores independientes
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El fin de las fábricas

La creación de empleo es un ídolo falso. El futuro depende de brújulas, nuevas asociaciones y arte. El tejido de la sociedad irá cambiando sobre la marcha. Está revolución es por lo menos tan grande como la última, y aquella lo cambió todo.

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